miércoles, 19 de septiembre de 2007

La compañera segunda...






Una vieja amiga. Salió originalmente de un astillero de Rosario. Persistió durante años en su formato original. Después la tomé yo, la modifiqué, le puse tres tambuchos para estibar cosas más o menos secas. En definitiva, de su primitiva configuración de canoa canadiense quedó como un kayak grande, (o más bien un ‘umiak’). Hoy es la llave que nos saca de la rutina y nos lleva mas allá; un mas allá que por ahora recorre la cuenca de los ríos Paraná, Uruguay y el Delta que estos forman. Con vela, con motor, o simplemente a remo, mi canoa y yo tenemos una extraña relación…

La compañera.






También fue suerte. Uno cree, si nos ponemos deterministas, que de alguna manera fuimos llamados el uno al otro. Pero lo cierto fue que tras algunos prolegómenos decidimos seguir juntos. Con ella supimos que lograr las metas era (y es) posible.

Acerca de Andrea:

Deberíamos ubicarnos en el neblinoso Buenos Aires de 1990, conocer entonces a la Escuela Prilidiano Pueyrredón, para así entender la aparición de Andrea Hebe Amarillo junto a la mejor promoción de Artistas Plásticos de dicha Institución.
Andrea explora y desarrolla, como pocas, el concepto subyacente en toda obra de arte; lo cual no es un dato menor, en esta época de tecnologías cambiantes cuya vorágine nos absorbe y rebasa por momentos nuestra capacidad de adaptación a ellas. Por lo mismo, nos sobran lamentaciones y quejas de quienes preconizan la falta o la necesidad de elementos de alta tecnología para plasmar su expresión, cuando en realidad, lo que percibimos es la falta de buenas ideas.
Andrea es una artista que escapa de los corsés y encuentra un gran placer en encarar nuevos retos.
Del resto, que se encargue la historia oficial, con la cual no tengo trato.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Antes de la hecatombe…

Hubo una vida antes de la hecatombe, en la que vivíamos integrados al sistema. Una vida en la que teníamos un departamento grande y cómodo, auto nuevo, un barco velero de dimensiones interesantes, una mujer rubia de ojos azules, un trabajo bien pagado y un inventario de equipos (aparatos e instrumentos) de cuatro cifras, más otros símbolos de status…

Después, vino la hecatombe; en tres meses perdimos el departamento, el auto, el barco y la mujer… el laburo ya estaba perdido desde tiempo antes… En el ínterin, sufrimos el robo de los equipos más importantes para subsistir.

Pero,”no hay mal que por bien no venga”, después de un año y medio de duelo y considerando que “aquí ni Dios rescata lo perdido”, y que estábamos siendo prisioneros de la rutina, entrampados en la comodidad; muy contentos volvimos a las fuentes de nuestros intereses. Se acababa la era de la instrumentalidad...

jueves, 6 de septiembre de 2007

El Principio de la Continuidad

Pensar la vida como un viaje, como un transcurrir, no es un concepto novedoso, pero es lo que nos mantiene vivos, lo que nos permite mirar al futuro, tratando de mantenernos dentro del juego lo mas posible...
No importa lo limitadas que sean nuestras posibilidades. La intensidad de las vivencias no tienen que ver con eso. La única limitación seria, son las autoimpuestas, el propio "techo" que uno inconscientemente se fija.
Asi, nos damos cuenta de esto a partir de ciertos hechos que nos golpean y que, en muchos casos, nos marcan para siempre.
Tambien, el concepto de que existen infinitos universos contiguos al que estamos viviendo no es nuevo, aunque ha sido destacado en obras de ciencia-ficción mas o menos recientes. Comenzamos aqui este "continuum", que no es sino parte de otro continuum más amplio y que esperamos les compense el esfuerzo de detenerse aqui.